13 julio 2010

La coronación del fútbol virtuoso


Cuando Andrés Iniesta Luján enganchó el balón con su pierna derecha y batió al portero neerlandés de tiro cruzado marcó algo más que un gol que valía un Mundial. Ese exitoso disparo supuso la culminación insuperable de un estilo, de una manera de entender el fútbol por parte de la selección española de Vicente del Bosque.

La acción postrera de Iniesta coronó a España, no ya con el cetro más preciado en el fútbol, un Mundial, sino con un hueco para siempre en el corazón de los aficionados, con un lugar en la memoria de cualquier seguidor del deporte rey.

España, alrededor de Xavi y del propio Iniesta, a su vez secundados por otros jugadores de primerísima fila, ha llevado la técnica futbolística a cotas pocas veces vistas. No resulta exagerado comparar a esta selección con el Brasil del 70 y del 82 o con la Naranja Mecánica del 74 y del 78, los grandes monumentos que hasta ahora se reconocían en el fútbol.

A partir del virtuosismo individual de sus centrocampistas puesto siempre al servicio del colectivo, España ha logrado la sencillez absoluta, que es lo más difícil de conseguir en el fútbol. Desde la voluntad irrenunciable de tener el balón y de jugar en el campo del rival, Xavi, Iniesta, Busquets, Cesc, Xabi Alonso o Piqué ofrecen un festival de rápidas combinaciones a uno o dos toques, paredes, apoyos, triangulaciones, controles orientados, giros sobre sí mismos para zafarse de un rival, taconazos para romper líneas enemigas, no ornamentales, cambios de orientación o últimos pases indescifrable hasta para el más pintado de los planteamientos defensivos.

Se ha impuesto, como ocurrió en la Eurocopa hace dos años, como ocurre más que frecuentemente con el Barça, de cuya ideología futbolística se alimenta esta selección, el equipo con los jugadores más técnicos y con más sentido coral del fútbol. Se ha impuesto un modelo inimitable, ninguna selección juega ni pretende jugar como España, que ya ha entrado en la Historia.

Locations of visitors to this page