Israel es nosotros

Gabriel Albiac en su último libro dice: "El 14 de mayo de 1948, la Asamblea General de la ONU aprobó la doble formación de un Estado israelí y un Estado palestino. Y fijó sus fronteras. Las aceptó Israel. Las rechazaron los países árabes colindantes. Olvidamos con demasiada facilidad lo esencial: los países árabes no sólo negaban el derecho de Israel a existir, negaban también (y aún más) la posibilidad de existencia de un Estado palestino. Tanto Siria como Jordania reclamaban esos territorios como propios. Y la Liga Árabe siempre juzgó tan aberrante la existencia de un país llamado Palestina como la de uno llamado Israel.

Israel ganó su guerra frente a los ejércitos árabes. Palestina la perdió frente a esos mismos ejércitos. A eso se reduce el drama que ha podrido medio siglo en esa zona".

Así es, a Israel, ese oasis de democracia en un desierto de totalitarismos, sólo le quedan dos alternativas: responder a las agresiones de quienes pretenden echar a todos los judíos al mar o desaparecer. La suerte de Israel es la nuestra. Israel es, como cada día desde hace casi sesenta años, nosotros, Occidente, la libertad.