Visones

Dice Pepiño Blanco, el que se acaba de comprar un lujosísimo chalé con piscina en Las Rozas, socialismo, ya se sabe, que no puede pasear por Madrid sin que señoras con abrigos de visón le insulten.

Vamos a ver Pepiño, el colectivo mujeres con abrigos de visón no existe, parece mentira que se haya caído el Muro. Hay personas, individuos, no clases sociales. Las señoras que llevan ese tipo de abrigos pueden ser derechas o de izquierdas, liberales o socialistas, de la misma manera que los obreros pueden anidar diferentes ideologías. Hablar de colectivos es utilizar una jerga marxista, por suerte absolutamente desacreditada.

Y no olvides, Pepiño, que las últimas utilizaciones del visón en la política española no te pueden resultar muy lejanas. La camarada Elena Benarroch ha vestido a casi todas tus compañeras de partido, con abrigos no precisamente de Zara. La camarada Aída Álvarez, la que se enriqueció con la financiación ilegal de tu partido, construyó en su proletaria vivienda una habitación frigorífica para guardar sus modestos abrigos de visón. Y qué decir, Pepiño, de las camaradas del Vogue, las ministras que posaron para esa revista revolucionaria con prendas al alcance de cualquier socialista.

Ay, Pepiño, Pepiño, Pepiño.