23 octubre 2007

La checa de barra de bar

Suele decir FJL que el ministro Bermejo, o sea rojo, es el espíritu de la checa pasado por una cervecería, el totalitarismo zafio, el sectarismo de chuleta de barra de bar, el odio achispado.

Pero Bermejo no engaña a nadie. Su cosmovisión no admite matices. Su verborrea recuerda a la de quien lleva un par de copas de más, se suelta y dice todo lo que lleva dentro. Así reveló que el gobierno volverá (si es que alguna vez ha dejado de hacerlo) a pactar con ETA.

Y así adelantó hace unos días tal vez uno de los planes más escalofriantes que imaginarse puedan. La intención del gobierno de acabar con el sistema de oposición en la judicatura. Los jueces pasarán a ser elegidos entre los estudiantes de Derecho con mejor expediente. De la universidad directamente a los juzgados, pasando eso sí por los hospitales para que esos futuros jueces se formen en la vida.

La idea de acabar con la independencia judicial es un viejo sueño de la izquierda. Primero se cargaron a Montesquieu, la separación de poderes, y ahora intentarán liquidar el sistema objetivo de acceso a la judicatura. Hay que controlarlo todo. Los rectores universitarios, todos de la cuerda sociata, se encargarán de seleccionar a los estudiantes más adecuados para servir al poder. Ya no llegarán a juez los opositores más inteligentes y esforzados sino los alumnos más obedientes.

Está en la historia. Mao, el criminal dictador comunista, cuando tomó el poder, mandó a las élites de la administración, a los cuadros mejor preparados, a trabajar en el campo. Eran elementos contrarrevolucionarios. Había que formarlos en la vida.

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