Se llama Josep-Lluís

Josep-Lluís Carod Rovira es un dirigente de ERC, nacionalista y por tanto separatista, liberticida y partidario de la pedagogía del odio. Pero se llama, o al menos quiere que le llamen, Josep-Lluís. Y está en su derecho. Que cada uno se llame como quiera.

Al contrario de lo que mostró ese inefable programa de TVE, Tengo una pregunta para usted, el problema de España no es que a Josep-Lluís haya que llamarlo José Luis, como se empeñaron dos servidores, de los muchos que había entre el público, de la causa gubernamental.

El problema, por lo que a los nombres respecta, es que el gobierno de José María Aznar López, a petición de sus socios nacionalistas, decidió que La Coruña, Orense, Lérida y Gerona pasasen a ser, vía BOE, A Coruña, Ourense, Lleida y Girona. Oficialmente, los nombres españoles de esas cuatro ciudades españolas (y de muchísimas más) desaparecieron. Y de eso no tiene la culpa Josep-Lluís.

Tampoco Josep-Lluís es responsable de que Juan Costa, el abyecto responsable de la campaña electoral del PP, diga que Rajoy debe pactar con CiU, es decir, con los de la pedagogía del odio, con los que impiden que en Cataluña se estudie en español.

El nacionalismo es una lacra. En el caso catalán y vasco es una invención de principios del siglo XX. Parte de todo tipo de falsedades y mentiras históricas. Cataluña y el País Vasco no son una nación. Siempre han sido parte de España. El nacionalismo debe ser erradicado del espacio público. Ninguna reclamación nacionalista debe ser atendida. Con el nacionalismo no se pacta.

Menos José Luis y más Vidal Quadras.