Contra la letra

Nunca, al menos mientras los socialistas no se extingan, el himno de España, la Marcha Real de tiempos de Carlos III, tendrá una letra mínimamente decente. Como la letra debe ser aprobada por consenso, la izquierda jamás renunciará a sus morcillas, a sus tópicos, a su jerga masónica. Y siempre impondrá sus tabúes y prevalecerá su odio... a España.

Para eso, mejor seguir sin letra, o con el chunda-chunda, que tampoco pasa nada.

Esta mañana hemos conocido la letra que ha seleccionado el COE, con la SGAE enredando en el tinglado. El resultado, el esperable, nivel LOGSE, aunque bien es verdad que podía haber sido peor:

¡Viva España!
Cantemos todos juntos
con distinta voz
y un solo corazón

¡Viva España!
desde los verdes valles
al inmenso mar,
un himno de hermandad

Ama a la patria
pues sabe abrazar,
bajo su cielo azul,
pueblos en libertad

Gloria a los hijos
que a la Historia dan
justicia y grandeza
democracia y paz.

Es una letra sin una mención a la historia de España, sin referencias concretas al pasado ni al futuro. Es una letra comodín, que podría hacer suya un albanés, un guatemalteco o un ciudadano de las Islas Fidji.

La letra que sí merecía la pena es la que compusieron, a petición del entonces presidente Aznar, Jon Juaristi, Luis Alberto de Cuenca, Abelardo Linares y Ramiro Fonte:

Canta, España,
Y al viento de los pueblos lanza tu cantar:
Hora es de recordar
Que alas de lino
Te abrieron camino
De un confín al otro del inmenso mar.

Patria mía
Que guardas la alegría de la antigua edad:
Florezca en tu heredad,
Al sol de Europa
Alzada la copa,
El árbol sagrado de la Libertad.