07 abril 2008

Lampedusa en el PP

Pocas veces la muy gastada fórmula de Lampedusa, "es necesario que todo cambie para que todo siga igual", ha sido tan aplicable. La gatopardiana renovación que ha emprendido Rajoy en el PP, el maquillaje de nombres, ha generado mucho ruido, pero todo sigue igual. Mejor dicho, todo lo malo que tenía el PP, los complejos y la sumisión a la izquierda y al nacionalismo, sigue igual, o peor. Y lo bueno, la idea nacional y liberal, ha sido arrinconado.

Rajoy es ya un hombre incapaz de articular un discurso político atractivo. Se ha creído la casposa propaganda de la izquierda sobre el PP, ha interiorizado las acusaciones de su enemigo y ha claudicado en la batalla ideológica sin haberla dado siquiera. No puede seguir al frente de su partido.

Todos los medios de comunicación y partidos políticos favorables al Pacto del Tinell y a aplicar un cordón sanitario al PP se muestran encantados con Rajoy y sus sorayos. La razón es sencilla. Ante la consumación del cambio de régimen que tendrá lugar en esta segunda legislatura zapaterina, Rajoy ha decidido desempeñar el papel del Partido Campesino en la Polonia comunista, esto es, servir de coartada al poder para aparentar que había democracia.

Rajoy desprecia los valores y principios de sus votantes. No cree en ellos. Únicamente aspira a que la Izquierda le deje respirar un poquito. Silencio, no hay que molestar, somos centristas y moderados. No crispamos. Tenemos que crecer en el centro izquierda y en el nacionalismo no radical. Hay que pegarse al terreno, confundirse con el paisaje, ya progre ya nacionalista. Y nunca hablar de política ni de ideas. Como mucho de economía, pero sin hacer referencia al liberalismo, eso es cosa de la derecha extrema.

Ni se sabe la cantidad de portadas y de publirreportajes que El País le ha dedicado a Soraya en los últimos días. En el penúltimo de ellos, la flamante portavoz parlamentaria del PP decía que no va a misa y que está casada por lo civil. La cuestión no es que no vaya a misa y que esté casada por lo civil, lo cual es indiferente, sino que se presentaba eso como un mérito.

Cree Rajoy que esa es la manera de conseguir la victoria en 2012. Pero parafraseando a Churchill habría que recordarle:"Por evitar perder las elecciones perdió el honor. Ahora tendrá deshonor y derrota".

¿Quién es el gran beneficiado de esta ruina intelectual y moral? Gallardón. ¿Todavía hay esperanza? Sí.

Seguiremos informando...

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