Aznar con un delincuente

José María Aznar presentó ayer en Madrid un libro de Andrés Pastrana, presidente de Colombia entre 1998 y 2002, a quien definió como "un amigo" al que le une "la pasión por la política. Creo que tanto para Andrés Pastrana como para mi la libertad ha sido la gran pasión de nuestra actuación política...".

Será la libertad... de los terroristas. Pastrana, al llegar al poder, impulsó un "proceso de paz" con las FARC, esa guerrilla narcoterrorista, esa lacra comunista, apoyada por Fidel Castro, que lleva cuarenta años asesinando, secuestrando e intentando implantar un estado totalitario en Colombia. Pastrana le regaló a las FARC un territorio del tamaño de Extremadura, la llamada zona de exclusión o de despeje, a cambio de la paz. Evidentemente las FARC siguieron practicando su sanguinaria ideología marxista-leninista. Y tanta humillación, como siempre, fue inútil.

Álvaro Uribe, arrasó en las elecciones de 2002. Devolvió la dignidad a los colombianos al reanudar en la zona de exclusión la guerra contra la banda narcoterrorista de Manuel Marulanda, Tirofijo.

Pastrana pasará a la historia como un delicuente que estuvo a punto de cargarse Colombia. Por el contrario, Uribe, cuyos mandatos están marcados por una decidida lucha moral y policial contra el terrorismo, por la integración de su país en la economía mundial y por la libertad económica, está siendo el mejor presidente al sur de Río Grande de las últimas décadas.

Pero la estrella de FAES y el amigo de Aznar es Pastrana, ¿cómo se explica?