Delincuentes

Un grupo de delincuentes se ha apoderado de una fábrica en el polígono barcelonés de Can Ricart contra la voluntad de su propietario y ante la aquiescencia de las autoridades políticas y judiciales.

Estos delincuentes, llamados okupas, con la excusa de llevar a cabo actividades culturales, siempre zarrapastrosas, utilizan la violencia y atacan la propiedad privada impunemente. Son vagos hasta la náusea, pues nadie les impide trabajar y comprarse inmuebles donde desarrollar su inmundo programa. Y encima han encontrado en Barcelona, ciudad en la que todo grupo vandálico y liberticida tiene su asiento, su hábitat natural.

En las democracias liberales la defensa de la propiedad privada es innegociable. Pero el juez de guardia y los políticos progres no lo han entendido así. Lástima no asalten sus casas.