¿Un error histórico o un as en la manga?

El Madrid ha presentado esta mañana a su última adquisición, un centrocampista argentino procedente de Boca. Hasta ahí todo normal, un fichaje en el mercado de invierno para ilusionar a la alicaída afición merengue.

Pero lo que ya no se entiende tan bien es que ese medio centro argentino sea Fernando Gago, porque si había un equipo por el que tenía que fichar era el Barcelona y si el Barcelona tenía que fichar a un jugador era a Gago.

¿Qué pinta este tío en el Madrid de Capello? Capello, el de Emerson y Diarra, el que defenestró a Guardiola cuando lo tuvo a sus órdenes en el Roma, el que quería cargarse a Guti a principio de temporada... ¿Ahora le gusta Gago?

¿Y el Barcelona? ¿Por qué no ha pujado en serio por Gago? ¿Por qué, después de haber renunciado en su momento a Xabi Alonso, deja escapar a otro medio centro digno de ese nombre?

La situación es kafkiana: Gago llega a un equipo sin rumbo entranado por un tipo que se encuentra en las antípodas de su manera de entender el fútbol y que le amenaza con jugar en el Castilla. En cambio, en el Barcelona, considerado por muchos el mejor equipo del mundo, sería titular y encajaría perfectamente en la filosofía que propone Rijkaard. Habría sido la guinda de un lujoso pastel.

La única explicación que se nos ocurre se resume en dos palabras: Marc Crosas. Este chico de 19 años es la penúltima perla de La Masía. No es un centrocampista talentoso más de los muchos que han salido últimamente de Can Barça (De la Peña, Gerard, Xavi, Arteta, Iniesta, Cesc...). Dicen los que le han visto jugar que es... ¡Guardiola!. Un 4 puro como no se veía por allí desde los tiempos del noi de Sanpedor. Tal vez alguien ha reparado en lo que supondría, futbolística y sentimentalmente, que este muchacho subiera al primer equipo. Quizá por eso no les ha interesado Gago. Hay que dejar paso a Crosas, el nuevo Guardiola (esperemos que esta vez sí).

Es una hipótesis...