Bulgaria
Valencia, vulgo Bulgaria, ha certificado la defunción del PP que nació en el Congreso de Sevilla en 1990. El PP ahora es otra cosa. Ya no es el partido de Aznar. Es el partido en el que políticamente no cabe María San Gil ni moralmente Ortega Lara. Es el partido que se querella contra el más importante referente de sus votantes. Y es que visto el comportamiento de unos y otros la querella contra FJL la puso el PP, porque el PP es, desgraciadamente, Gallardón.
Pero siendo sinceros, de Bulgaria nada cabía esperar. Daba igual lo que de allí saliera porque nada bueno podía salir de allí, y si era bueno sería para meterlo en un cajón.
Y encima Bulgaria ha sido más Bulgaria de lo que sospechábamos. Al PP es que ya no hay por donde cogerlo. Ni siquiera los que parecían buenos han tenido la decencia de dar un puñetazo sobre la mesa. Ahí tienen a Vidal-Quadras, de florero búlgaro; a Arístegui, diciendo que María San Gil no tenía razón en algunas cosas; a los consejeros de Esperanza Aguirre, legitimando a Rajoy; a la mujer de Aznar, de rehén asquerosa de Gallardón; a Ángel Acebes, el secretario general que ha consentido la persecución a María San Gil, la peor que se ha realizado contra un político en la democracia, abrazando al antropófago pontevedrés. Y duele decirlo, ahí está María del Mar Blanco, traicionando la memoria de su hermano.
Zapatero y su claque mediática, que es abrumadoramente mayoritaria, ya pueden disfrutar de un Partido Campesino de Polonia. El PP se ha convertido en el sector crítico del nuevo régimen.
La putrefacción del PP es de tal magnitud que ni siquiera una debacle electoral en las próximas elecciones gallegas, vascas y europeas arreglará la situación, porque en ese momento será cuando Gallardón retire a su hombre de paja, Mariano Rajoy, y se instale definitivamente en Génova.
Un ejemplo ilustra esta zozobra. Quien esto escribe, que ha votado al PP en las generales de 2000, en las municipales y autonómicas de mayo de 2003, en las autonómicas de octubre de 2003, en las generales de 2004, en las europeas de 2004, en las municipales y autonómicas de 2007 y en las generales de 2008, está triste porque se ha quedado políticamente huérfano. En cambio, los que nunca han votado ni votarán al PP, los hasta hece unos meses enemigos del PP, andan rabiosamente exultantes.
2 Comments:
Pues hacérselo entender a los centrípedos es misión imposible. Ellos también están exultantes. Veremos después de las "uropeas" como están. Burros.
cuanta razon lleva
y que solos estamos...
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