Ante el Barça-ManU

Día de San Jorge (o Diada de Sant Jordi), fiesta en Cataluña. Un libro y una rosa. Semifinal de Copa de Europa, Barcelona-Manchester United. Huele a gran partido.

El Barcelona lucha contra su historia. Nunca se ha hecho con la Copa de Europa sin haber ganado la Liga. No es un dato sin importancia. El Barcelona necesita rozar la excelencia para ganar. Si el proyecto no está acorde con la idiosincrasia del club, los resultados no son buenos. El Madrid, en cambio, puede ganar de cualquier manera. Las temporadas en las que conquistó sus tres últimas Copas de Europa fue un desastre en la Liga.

La situación por la que atraviesa este Barcelona es novedosa. Sobre el papel, por entrenador, jugadores y estilo de juego, deberiamos estar ante un gran Barça. Pero no es así. El equipo apenas ha realizado un par de partidos decentes en lo que llevamos de temporada. Los males hay que buscarlos en el politiqueo y la falta de autoridad de la directiva, que ha contagiado al equipo. ¿Qué pesará más en el terreno de juego contra el United, la teoría o la realidad?

De medio campo para adelante, jugador a jugador, el Barça no sale mal parado: Carrick-Touré, Scholes-Xavi, Hargreaves-Iniesta, Cristiano Ronaldo-Messi, Rooney-Eto'o, Park-Bojan. El favoritismo del United se debe a su mejor defensa (Brown, Ferdinand, Vidic y Evra son más fiables y están en un mejor momento que Zambrotta, Márquez, Milito y Abidal) y sobre todo a su altísimo ritmo de juego y a su su superior condición física.

El Barcelona se agarra a que este no es el United que arrasaba hace un mes. Los de Ferguson tienen que dosificar esfuerzos, este sábado se juegan la Premier en un partido ante el Chelsea. Y por encima de todo, a falta de equipo, el Barcelona se agarra a Iniesta y a Messi. No es poco.