18 julio 2008

Aquí yace la versión oficial

Quienes nunca nos hemos tragado la versión oficial del 11-M debemos estar orgullosos por todo lo defendido durante estos años. Es cierto que los magistrados del Tribunal Supremo que han elaborado la sentencia de casación no son unos héroes y que se han lavado las manos. Pero no por ello debemos olvidar que esa sentencia derrumba por completo la versión oficial y no consigue, por tanto, cerrar el caso 11-M. Años vendrán.

Nos contaron que en respuesta a la guerra de Irak en la que Aznar metió al Estado español y como castigo al asesinato de tantos niños y mujeres inocentes por la violencia de los ejércitos del trío de las Azores, Al-Qaeda, como ya hiciera en Nueva York y Londres, decidió atentar en el corazón de otra potencia infiel. Aznar, en última instancia, era el responsable de la matanza debido a su contumaz postura de postrarse, a pesar de las voces en contra de cientos de millones de españoles, ante Bush.

Pues bien, mientras que ya la sentencia de la Audiencia Nacional, la de Caminito de Jerez Bermúdez, no nombraba a Al-Qaeda por ninguna parte, ahora el Tribunal Supremo asegura abiertamente que no fue Al-Qaeda y confirma la absolución de El Egipcio, el autor intelectual que según la Fiscalía, es decir el Gobierno, organizó el 11-M. La masacre de Madrid se ha quedado sin autoría intelectual, sin inductores. También quedan absueltos Basel Ghalyoun y Almallah Dabas, las dos únicas conexiones que había, a través del comando de Virgen del Coro, con el islamismo radical.

Si no fue Al-Qaeda, ¿quién fue entonces? Según el TS el 11-M es responsabilidad exclusiva de una célula islamista formada por, qué casualidad, los "suicidas" de Leganés, a los que no se ha podido juzgar. Sí, pero, ¿qué célula es esa de la que no tenemos noticias? ¿Cuándo se creó? ¿Cuáles eran sus objetivos? ¿Cómo se llamaba? ¿Qué pruebas de cargo existen contra sus componentes? ¿Dónde vivían esos terroristas? ¿A qué se dedicaban?

De esa célula, de ese grupo responsable del mayor atentado de la historia de Europa, de esos siete "suicidas", no sabemos absolutamente nada. Nadie vio a los "suicidas" de Leganés colocar las bombas en los trenes. Ninguna cámara de seguridad los grabó. Y lo que resulta todavía más chocante, el comando de Leganés estaba integrado por delincuentes comunes, El Chino y sus cuatro compinches, y por dos fanáticos estrafalarios, El Tunecino y Allekema Lamari. Esos son los siete "suicidas" de Leganés. Esos, junto al condenado (a pesar de lo contradictorio de los reconocimientos) Jamal Zougam, un pelanas de Lavapiés que nada tiene que ver con el islamismo, son los únicos, insistimos, los únicos autores materiales, según el TS, del 11-M.

¿Alguien se lo puede creer? Es que es muy fuerte. A tenor de lo dictado por la Justicia española, el 11-M fue obra de un pelanas, de cinco vulgares chorizos y de dos islamistas de tercera división. Ni son los que están, ni están los que son.

Si hay algo claro en este asunto es que unos pocos españoles, frente al ignominioso comportamiento de la mayor parte de la sociedad, estamos dispuestos a entregar, en la medida de nuestras posibilidades, los mejores años de nuestras vidas hasta conseguir esclarecer el atentado. Muchos, por acción u omisión, no deberían dormir tranquilos. Tarde o temprano les llegará el llanto y crujir de dientes.

1 Comments:

At 09:20, Anonymous Anónimo said...

Descanse en Paz...

 

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