04 julio 2008

Luis

Apagada la euforia, serenados los ánimos, es el momento de analizar la controvertida figura de Luis Aragonés, a nuestro juicio el principal artífice del triunfo de la selección en la Eurocopa.

Decía Andy Warhol que todo el mundo debería tener derecho a quince minutos de gloria. Pues bien, es evidente que Luis Aragonés ha tenido no quince minutos sino veinte días de gloria. Todo lo demás en su trayectoria como entrenador es completamente prescindible. Nada, Eurocopa al margen, ha aportado Luis al fútbol en estos últimos treinta años.

Lo mejor que se puede decir de Luis Aragonés es que en Austria no ha sido Luis Aragonés. Para ser justos hay que remontarse a los últimos meses del año pasado para fijar la fecha en que Luis dejó de ser Luis.

Fue el partido en que España se jugaba la clasificación en Dinamarca el que marcó un antes y un después. En Aarhus Luis, ante la ausencia de Villa y Torres, descubrió el ya famoso 4-5-1, con Tamudo como único punta. Ahí, en ese encuentro con toda la pléyade de centrocampistas y con gol antológico de Sergio Ramos tras una sucesión infinita de toques, está el germen de la victoria en la Eurocopa.

Hasta entonces lo que habíamos visto era al entrenador desagradable de siempre: un tipo que nunca acaba una sola frase, ya saben, no, no, no, este no es el tema, y tal; un personaje incapaz de articular mínimamente un discurso. Se limitaba a repetir machaconamente lo de los pasillos de seguridad y que España carecía de una condición física de base y a montar numeritos como aquel "dígale al negro que usted es mejor". Así lo solucionaba todo.

En lo estrictamente futbolístico recordemos que antes del Mundial de Alemania (torneo en el que no dio bola a Iniesta a pesar de que venía de ganar la Copa de Europa con una participación estelar) sus grandes referentes eran Raúl y Albelda. Con el siete del Madrid fue muy cobarde porque aunque estaba convencido de que era una rémora para España, en el cruce de octavos frente a Francia no se atrevió a quitarlo. Y Raúl jugó de media punta, detrás de los dos delanteros. Lamentable. Y luego Luis, durante casi dos años, organizó un esperpento, con rueda de prensa conjunta como final de traca, por carecer de narices para contar toda la verdad del asunto. Tampoco tuvo el valor de decir que Raúl era un estorbo para la selección y que no iba a volver a jugar con él en el banquillo. Mareó la perdiz y provocó un cisma nacional.

No obstante, hay que agradecer a Luis, es justo reconocerlo, el hecho de que se adaptara a las circunstancias. Hace unos meses entendió que el punto fuerte de España es la cantidad y calidad de centrocampistas creativos. Y apostó por ellos y por lo que significan. Y su legado, aunque de una gestación corta en el tiempo, es enorme. Ha ganado un título en una selección que había hecho de la derrota una rutina, ha creado un estilo, una imagen de marca reconocible, y ha colocado a España en la pole del Mundial de Sudáfrica.

Pero, ¿con qué Luis nos quedamos, con el de toda la vida, el entrenador pequeño que regalaba el balón al rival y el que hizo de jugar al contraataque un arte, o con el de la Eurocopa, el entrenador que se comportó con grandeza y que propuso un modelo basado en la belleza y el atrevimiento?

Mucho nos tememos que el verdadero Luis es, y seguirá siendo, el primero. El segundo, el de la Eurocopa, es el de los quince minutos de gloria que todo el mundo merece.

2 Comments:

At 12:04, Anonymous Anónimo said...

"...ha creado un estilo, una imagen de marca reconocible"

Esto, señor blogger, no se puede pagar con dinero. Las selecciones que ganan algo (incluso Grecia) tienen su forma de jugar marcada en el ADN.

"...es el de los quince minutos de gloria que todo el mundo merece"

Que todo el mundo merece, pero que casi nadie llega a disfrutar.

Sólo puedo decir, "chapeau" para ti, Luis, y ole tus huevos. Es esa cabezonería tantas veces criticada (me incluyo) lo que te ha hecho triunfar. En un momento como el de ahora, no merece la pena ni pensar qué hubiera pasado si hubieras estado equivocado.

El que consigue esos 15 minutos, ya ha sido grande. Enhorabuena.

 
At 13:27, Anonymous Anónimo said...

Ni de política ni de fútbol.

Campeonatos nacionales

Como jugador

* 3 Ligas (Atlético, 1966, 1970 y 1973)
* 2 Copas de España (Atlético, 1965 y 1972)


Como entrenador

* 1 Liga (Atlético, 1977)
* 4 Copas del Rey (3 con el Atlético, 1976, 1985 y 1992; 1 con el FC Barcelona, 1988)
* 1 Supercopa de España (Atlético, 1985)

Copas Internacionales

* 1 Copa Intercontinental (Atlético, 1974)
1 Eurocopa (Selección de fútbol de España), 2008.

Podríamos ver el palmares que tiene camacho pero ese no es el tema.

Luis Aragones no se hizo conocido por el contraataque, ese fue el atlético de Madrid. Luis Aragones siempre a elegido su táctica en el juego en función de los jugadores que tenia, y claro con la gente que ha llevado pues solo se podía de jugar de una forma, tocar tocar tocar y mas tocar. no es un menotista ni es un bilardista, el se adapta a las características de sus jugadores y saca el mejor fútbol de ellos. Y en la selección simplemente ha echo lo que otros no han podido es sacar el mejor fútbol que tenemos en España.

Veremos que hace del Bosque que menudo marrón tiene, como no gane el mundial le volverán a llamar sujeta petos (recemos para que no vuelvan los raules y gutis).

Un respeto a este gran español que ha hecho mas por España que cojos y terroristas... que se llama Don Luis Aragones. (a este si hay que ponerle el Don).

 

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