Visca el Barcelona lliure
Dentro de unas horas sabremos si es cierta la información del diario Sport del pasado martes en la que aseguraba que Laporta, tras el varapalo de la moción de censura, presentará hoy jueves su dimisión como presidente del Fútbol Club Barcelona.
Sería, para que engañarnos, una gran noticia. Supondría el fin de un asfixiante periodo marcado por el nacionalismo radical, valga la redundancia.
El problema de Laporta no ha sido deportivo. El Barcelona ha ganado dos Ligas y una Copa de Europa, y en líneas generales se ha respetado el ideario que implantó Cruyff y al que ningún mandatario puede renunciar. Eso sí, la gestión del éxito ha sido deplorable, en estas dos últimas temporadas Laporta ha renunciado a tomar decisiones y el equipo ha acabado acusando la falta de autoridad de la directiva. Y en lo que se refiere a las secciones, el desastre ha sido absoluto. Nunca el baloncesto y el balonmano han estado tan mal como con Laporta, el responsable de que Pesic y Valero se tuvieran que ir y de mil fechorías más. En el Palau es persona non grata.
Pero con todo y con eso, insistimos, lo malo de Laporta no tiene que ver con que la pelota entre en las porterías o en la canasta. Su delito ha sido politizar al Barcelona hasta la náusea. Laporta se ha servido del Barça para lanzar su candidatura a presidir la República Independiente de Cataluña. Hasta su llegada, el Barcelona era un club abierto y plural en el que cabían todas las tendencias. Con Laporta, un patriota de hojalata, el Barcelona ha pasado a ser un equipo desagradable e incómodo para todos sus seguidores que no son nacionalistas.
En la peor tradición de las dictaduras totalitarias, Laporta, un fascista con barretina, ha utilizado a niños para teatralizar sus ensoñaciones independistas. Ha alentado en el Camp Nou el expansionismo agresivo de los països catalans. Y nunca ha dejado de hacer política. Su gran logro, dividir al barcelonismo por motivos ajenos a lo futbolístico.
Ojalá el Sport no se equivoque y podamos celebrar el fin de un mandato de catalanismo delirante. En ese caso, el Barcelona recuperaría la libertad e independencia que en aquel aciago mes de junio de 2003 perdió con la derrota en las urnas de Bassat y la llegada al poder del farsante Laporta.
1 Comments:
Ojalá se vaya. Sería una gran noticia para los que somos culés y no naZionalistas.
Saludos
Publicar un comentario
<< Home