09 agosto 2008

Boicot a los Juegos de la Vergüenza

Hace unas horas, a las ocho del ocho, bla, bla, bla... comenzaron los JJOO de Pekín, los Juegos de la Vergüenza, un acontecimiento entre político y deportivo ad maoirem gloriam del totalitarismo comunista.

Aunque parece, a tenor de la simplista visión que los medios de comunicación ofrecen, que el único reproche que se puede formular contra el régimen comunista chino es la ocupación del Tíbet, lo grave, lo fundamental, es que más de mil millones de personas permanecen sojuzgadas por la dictadura del Partido Comunista Chino. Una dictadura atroz y represiva que conculca derechos fundamentales, que encarcela y condena a pena de muerte a los disidentes y que apoya, con armas y dinero, a otras dictaduras igual de sanguinarias, como Sudán.

Estos Juegos servirán, más allá de las hazañas de los deportistas, para fortalecer y dar lustre al régimen comunista. Con la complacencia, como siempre, de Occidente, de los Bush, Sarkozy, Merkel y demás apaciguadores.

Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español: "Hemos preguntado a Jacques Rogge [presidente del Comité Olímpico Internacional] y nos ha contestado que la Carta Olímpica se cumplirá taxativamente. No se pueden hacer declaraciones de contenido político en la zona olímpica: ni en la Villa ni en las instalaciones. No se puede escribir en medios de comunicación. La consecuencia es la retirada de la acreditación y a casa. Ya somos todos mayores. Es el momento del deporte y de los deportistas. El de la política será otro. Os lo tenía que decir".

Estos dos repugnantes tipejos, el tal Blanco y el tal Rogge, ¿dirían lo mismo si en vez de referirse a una dictadura de izquierdas se tratara de un régimen nazi? ¿Y si en lugar de Pekín 2008 fuera Santiago de Chile 1976? ¿Tampoco mezclarían política y deporte si estuviéramos hablando de unos JJOO en Johannesburgo con el apartheid como telón de fondo?

Citius, altius, fortius... e ignominiosus.

A pesar de lo estimulante que resultaría analizar, cantar, los presumibles logros de Valverde, de Nadal o de la selección de baloncesto, una generación irrepetible; las proezas ciclópeas de Michael Phelps; los duelos antológicos que se prevén en el tartán del Nido de Pájaro, este blog se ve en la obligación de boicotear, al igual que habríamos hecho en Berlín en 1936, en los JJOO de Hitler, Pekín 2008.

Nada leerán aquí sobre esta vergüenza que, con la excusa del deporte, legitima ante los ojos del planeta entero a la más vetusta dictadura de cuantas en el mundo son.

1 Comments:

At 18:34, Anonymous Anónimo said...

¿Que Alejandro Blanco ha dicho que no hay que mezclar política con deporte? ¿El mismo desgraciado que quiso que su organismo DEPORTIVO pusiera letra al himno (así salió semejante mierda)?
Esto es definitivo, a Occidente le quedan dos días, y nos lo habremos ganado, por cobardes.
Un consejo, si quieres ver deportes y no política no compres el As, hoy he estado a punto de vomitar: alababan la China comunista (su marcialidad, dicen), que un boxeador cubano luchara por la "revolución" y luego, en la siguiente página, hablaban del "racismo yanqui" de la época de Owens, comparándolo subliminalmente con la Alemania Nazi. Y luego dicen estos hijos de mil padres que no se debe mezclar pólítica con deporte.
Nos veremos en las trincheras.

 

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