Senna en Hungría

La carrera del siglo, dice uno. El mejor gran premio de la última década, señala otro . No se veía nada parecido desde la primera vuelta de Senna en Donington en 1993, apunta aquél. Exhibición antológica, apostilla el de más allá...

Alonso confirmó en el apocalipsis de Hungaroring que es el mejor. Y que ganará el Mundial.

Adelantó, a pesar de llevar el depósito cargado hasta los topes y de la lluvia, a ocho coches en sólo una vuelta. Luego pasó a Schumacher por fuera y después lo dobló. Del decimoquinto al primer puesto en unos minutos. Más tarde, el coche de seguridad, una tuerca mal puesta, el abandono, no importaba. La actuación de Alonso pasará a los anales de este deporte tan aburrido pero que en ocasiones ofrece espectáculos sublimes. Como el de Hungaroring el pasado domingo.