01 mayo 2009

La mejor Final Four de la historia

En medio de la semana más importante de la temporada para el Barça de fútbol (Chelsea-Madrid-Chelsea), llama a la puerta el de baloncesto. Esta tarde, en Berlín, comienza la Final Four de la Euroliga.

Cuatro equipazos, sin tapados, sin sorpresas, sin cenicientas. Los cuatro presupuestos más altos. Jugadores con pasado o futuro NBA. Entrenadores que son leyenda viva de este deporte. Y un nivel de baloncesto, en lo técnico, en lo físico y en lo táctico, diferente pero no inferior al que vemos en el otro lado del Atlántico.

Los dos conjuntos atenienses nadan en la abundancia, plantillas profundísimas, lo que les permite jugar a un ritmo altísimo los 40 minutos. Obradovic tiene que repartir en el Panathinaikos dos puestos entre cuatro exteriores: Spanoulis, Jasikevicius, Diamantidis y Nicholas. En la pintura, sin embargo, asusta menos, con Pekovic y Batiste de referentes. Carece de un gran alero. El Olimpyacos de Giannakis parece favorito. El quinteto Greer, Papaloukas, Childress, Vujcic y Bourousis, impresiona. Más Halperin, Pargo, Vasilopoulos, Erceg, Schortsanitis...

El CSKA de Messina, vigente campeón, ha perdido a dos baluartes (que curiosamente han ido a parar a dos de sus rivales en Berlín), Papaloukas y Andersen, pero conserva un esqueleto muy reconocible y que juega de memoria: Holden, Langdon, Siskauskas, Smodis y Lorbek, con Khryapa como sexto hombre. Baloncesto control y manejo de situaciones límites como nadie.

El Barcelona, en muchos sentidos, representa lo contrario que su contrincante en las semis. Entrenador novato, muchos jugadores inexpertos, juego veloz, nada especulativo, flexibilidad en los planteamientos. Xavi Pascual, siempre agarrado a la superestrella Navarro, ha recuperado para la causa a Ilyasova y a Vázquez. La explosión de estos dos jugadores, que fueron defenestrados por Dusko Ivanovic (entrenador al que habría que aplicar el protocolo de Kioto por los efectos devastadores que ocasionó a su paso por el Palau, ¡Marc Gasol tampoco le valía!), ha sido clave. Lakovic, otro que ha resucitado, llega en un buen momento. La segunda unidad es de garantías, gente como Andersen y Santiago por dentro y Basile y Grimau por fuera, no van a fallar. Si no fuera por el tremendo agujero en la posición de tres (Barton suele ser intrascendente) y las dudas que genera Sada (ha ido de más a menos) como base reserva, uno se imaginaría al Barça conquistando la "Segunda".

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