29 septiembre 2008

Un astro en la noche de Singapur

Más de un año después, Fernando Alonso volvió a ser el primero en ver ondear la bandera a cuadros. El ovetense no se subía a lo más alto del podio desde el Gran Premio de Italia de 2007. Su reencuentro con la victoria fue monumental. Parecía que el destino, que tan mal le había tratado a lo largo de la temporada, le estuviera reservando un triunfo así, de esos que sólo están al alcance de los mejores pilotos de siempre.

Alonso salía desde la decimoquinta posición. En seguida superó a los Red Bull y a Button. Más tarde a Trulli. Y decían que en el circuito de Singapur era imposible adelantar. No para Alonso. Luego, gracias a una oportunísima salida del coche de seguridad cuando su R28 era el único monoplaza que había repostado, se colocó en quinto lugar. Y en la vuelta 34ª ya comandaba la carrera. En prácticamente cualquier otro circuito hubiera sido una utopía mantener el liderato con un coche como el suyo, pero el de Singapur, sinuoso y bacheado, premiaba la calidad de conducción muy por encima de la potencia de los bólidos. En eso, en pilotar, Alonso no tiene rival. Se acercaba a los muros, arriesgaba en las curvas. Vuelta a vuelta el milagro parecía posible...

Y Alonso consiguió levantar los brazos nuevamente. Gritó y se golpeó el pecho. Sólo le faltó decir: "Yo soy el más grande".

18 septiembre 2008

ETA mata con los euros de ZP

El Tribunal Supremo ha ilegalizado a ANV, el partido que forma parte de la marca ETA y que ZP, a cambio de la tregua de los terroristas, permitió que se presentara a las elecciones municipales. Como consecuencia de esos comicios, ANV (es decir, ETA) obtuvo 439 concejales, controla 42 ayuntamientos y maneja millones de euros procedentes de los impuestos que pagan los ciudadanos, muchos de ellos víctimas de ETA.

Zapatero, ante las críticas de quienes decían, amparándose en todo tipo de pruebas, que ANV era ETA, respondía (es textual): "El gobierno con ANV ha cumplido la ley, y quiero recordar que ANV es un partido legal desde los años 30, que ha vivido en democracia durante todo este tiempo sin que nadie le haya puesto tacha de ilegalidad".

ANV era un partido legal... hasta que ETA se apoderó de él para conseguir volver a las instituciones. Cuando Zapatero aseguró que ANV era legal, sabía de sobra que esa formación era la sucesora de Batasuna y del PCTV (el partido de las nekanes). Cuando ZP defendió la legalidad de ANV era consciente de que ese partido era una agrupación fantasma, una tapadera, controlada por ETA-Batasuna.

El Ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, el siniestro Bermejinski, también apuntaba: "Olvidan, o con su ruido quieren que no se sepa, que en sus estatutos [los de ANV] no es que se condene, se repudia la violencia. Olvidar eso y olvidar que más o menos el cincuenta por ciento de las candidaturas no estaban contaminadas y pretender que se ilegalice el partido en pleno es desconocer que existen derechos de participación que son esenciales, derechos de sufragio que no pueden ser impugnados por esa vía".

El Bermejinski éste decía que los estatutos de ANV, el partido que acaba de ilegalizar el TS, no sólo condenan sino que repudian la violencia. Eran los tiempos del proceso de paz. No importaba pisotear la ley. Había que mantener vivo el diálogo, la negociación con los terroristas. Vosotros no nos matáis y nosotros, entre otras cosas, os metemos en los ayuntamientos.

Pero a pesar de los acuerdos de Loyola que firmaron representantes del gobierno y de los terroristas, ETA volvió a matar. Y parte del dinero que le permite a ETA desarrollar su actividad terrorista se lo debe a Zapatero, el presidente que metió a ANV en las instituciones. ETA mata con los euros de ZP.

14 septiembre 2008

En el Olimpo de los escaladores

Desde la II Guerra Mundial, cuentan los viejos aficionados, ha habido tres escaladores con mayúsculas, el luxemburgués Charly Gaul, el español Federico Martín Bahamontes y el italiano Marco Pantani. Pero esa lista, sin duda alguna, tiene que ser ya ampliada para incluir a Alberto Contador Velasco, el chico de Pinto, el que nunca falla, el ciclista sin techo en carreras por etapas, el coleccionista de grandes vueltas.

Contador, pedalada etérea, estampa grácil sin aparentar esfuerzo, bicicleta levitando sobre las rampas, resolvió la Vuelta en un fin de semana, en dos ataques todo agilidad y frescura. El sábado, en las imposibles pendientes del Angliru; el domingo, en las suaves inclinaciones de San Isidro.

Contador se siente un elegido de la montaña, y actúa en consecuencia. Al contrario que Indurain, no regala nada, pues es consciente de que debe cumplir una misión: redimir al ciclismo. Su compromiso con el espectáculo, con los aficionados, va más allá de una victoria funcionarial, a escondidas, sin llamar la atención, con enjuagues por aquí y por allá, hoy por ti mañana por mí. Se ve obligado a exhibirse siempre que la carretera lo permita. Y nunca renunciará a ello.

El año pasado el Tour, esta primavera el Giro y ahora la Vuelta. La historia continúa...

10 septiembre 2008

Regresa el hombre que acabó con el mito del Tour

Nadie, ni siquiera los más grandes, Anquetil, Merckx, Hinault, Indurain, fueron capaces de vencer al mito, a la leyenda que decía que el Tour siempre derrotaba a los ciclistas, a los ganadores, que todos los campeones, tarde o temprano, perdían la ilusión o hincaban la rodilla en algún puerto al recibir el puñetazo de un aficionado o les salía un compañero respondón o les entraba una pájara inesperada. Por hache o por be, el Tour, inmisericorde, siempre acababa con sus héroes, que no podían colgar la bicicleta sin haber recibido una última bofetada de la carrera a la que osaron desafiar.

Hasta que llegó Lance Armstrong, el americano que no entendía de sentimentalismo ni de viejas historias acerca de la grande boucle. Primero, y después de superar un cáncer de testículos, se convirtió en el primer corredor en ganar seis Tours. Y al año siguiente, en julio de 2005, en la cima de su arte, después de haberse hecho con su séptimo Tour consecutivo sin apenas oposición, se retiró. Fue el primer hombre en vencer a la ronda gala. Carlos Arribas, el especialista de ciclismo de El País, escribió: "El campeón sin crepúsculo, una anomalía en la historia, en la astronomía, en la física. Un astro único: llegó en 1999 sin que se le hubiera visto ascender lentamente por el cielo desde el Este; se oculta súbitamente en 2005 sin lenta curva de descenso hacia el Oeste. Un campeón único".

Ahora, tres años pasados de su retirada, anuncia que vuelve para, con 38 primaveras, intentar ganar el Tour de 2009, su octavo Tour. Pero ni su amor por esa carrera, ni su voluntad por acallar a todos aquellos que dudaban de su limpieza, ni su intento de llamar la atención sobre la lucha contra el cáncer, ni su locura sin límites, ni su obsesión por perseguir sueños imposibles, explican esta decisión suicida. Al ir al matadero, tal vez busque humanizar su figura robótica, infalible, distante, para que el recuerdo que los aficionados guardan de él no sea el de un extraterrestre que vencía sin dificultades sino el de alguien excepcional que, al igual que los otros grandes campeones, claudicó ante un monstruo terrible como el Tour.

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