La policía local de Benidorm
Nos cuentan que un joven, cuyo nombre por el momento no desvelaremos, que pasaba unos días de asueto con unos amigos en el levante español fue víctima de la actuación desproporcionada y rayana con el delito de la policía local de Benidorm. Sin ánimo de ser exhaustivos, los hechos son los siguientes:
El susodicho joven se disponía a entrar a altas horas de la madrugada en una conocida discoteca situada en el paseo marítimo de una de las playas de Benidorm cuando presenció un incidente entre los puertas y una persona ebria a la que estaban expulsando del local. Los agentes de la policía no tardaron en aparecer y esposaron al borracho. El joven, sin pensarlo dos veces, sacó su móvil, tal vez el mejor del mercado, y comenzó a grabar la escena. De repente uno de los agentes se le acerca y sin mediar palabra le arrebata el móvil y le dice: "Nos vemos en comisaría". Ante la cara de estupefacción que se le queda al joven otro de los agentes le suelta (y perdón por la literalidad): "Esto te pasa por payaso, por payaso de mierda, gilipollas". El joven, alucinado, quiere pedir explicaciones pero la jefecilla de la banda se adelanta y le solicita, de muy mala manera, la documentación. Como, debido a un descuido, no la lleva encima, el joven queda retenido hasta que la presente.
A pesar de la nimiedad de lo que allí estaba sucediendo, la tensión es máxima. La actuación de esos agentes traslucía una violencia difícil de explicar con palabras. El joven tenía la impresión de que si abría la boca le caerían un par de guantazos.
Al cabo de un buen rato el joven, gracias a que unos amigos fueron a por su DNI, se identifica. Un agente toma sus datos y con malos modos le dice que van a proponer contra él una sanción administrativa ante la delegación del gobierno. A continuación, el agente coge el móvil, que todavía obraba en poder de la policía, y sin permiso alguno lo manipula y borra el vídeo que generó este desagradable suceso. Finalmente le devuelve el teléfono al joven.
El joven se marcha con la sensación de que en lugar de tratar con unos respetables agentes de la autoridad ha despachado con unos matones de extrarradio, con unos chuletas de barra de bar, con una banda que actúa al margen de la ley.
En unos pocos minutos esos policías locales, cometieron varias irregularidades. Sustraer y manipular un móvil sin permiso, retener a una persona por no llevar el DNI en lugar de trasladarla al lugar donde se pueda identificar, insultar y amedrentar a un contribuyente...
Es evidente que sin seguridad no hay libertad, que cuantos más cuerpos y fuerzas de seguridad veamos por nuestras calles más aumentará nuestra calidad de vida. Pero ello no significa otorgar un cheque en blanco a tíos que van armados y que tienen presunción de veracidad. Seguridad sí, impunidad no.
Seguiremos informando.