´Mardelplatazo`
Era difícil imaginar una situación más complicada. El número uno, no ya de España sino del mundo, y alma del equipo, lesionado. Eliminatoria fuera de casa, con lo que eso supone en la Copa Davis, y un público del que se sospechaba todo tipo de juego sucio. Primer punto perdido con estrépito. Toda la responsabilidad para Feliciano López y Fernando Verdasco, unos absolutos desconocidos más allá de los Pirineos, unos tenistas cuyo mayor logro era estar saliendo con María José Suárez y Ana Ivanovic, respectivamente...
Pero así es el deporte, y especialmente la Davis, donde toda sorpresa tiene su asiento. Feliciano jugó la tarde del viernes frente a Del Potro el partido de su vida. Y con Verdasco encarriló la final el sábado en el dobles. El domingo ya era un día soleado. El número uno argentino no estaba para saltar a la pista. Verdasco, tenista de calidad, se iba a jugar la Ensaladera, la gloria para el resto de sus días, ante un chollo, un tal Acasuso. Tenía que ganar porque si no, en el quinto y definitivo punto, esperaba a Feliciano el temible Nalbandian.
Y Verdasco no falló. Su postrera derecha es ya recuerdo imborrable. No podía haber fallado en el año mágico del deporte español.