28 mayo 2008

Contra los políticos

Cuando esta tarde, a escaso metro y medio de Jiménez Losantos, presenciaba en el Juzgado de lo Penal número 6 de Madrid la vista oral de la querella que ha interpuesto Gallardón contra el periodista de la COPE, me vino a la memoria el último libro del filósofo Gabriel Albiac, Contra los políticos.

Escribe Albiac: "Políticos. Pocos seres tan inequívocamente odiosos exhibe la tan odiosa sociedad contemporánea. ¿Son todos iguales? Si hablo de las lógicas de partido, es verosímil que sí".

Pocas veces una aseveración de ese calibre ha sido tan cierta como esta tarde. Qué vergüenza, Eduardo. Qué vergüenza, Ángel. Qué vergüenza, Esperanza. Qué vergüenza, Ignacio. Pero qué vergüenza. Qué decepción. Qué asco habéis dado. Qué vomitivos habéis sido. Con qué miseria os habéis comportado.

Estos cuatro políticos declararon en el juicio como testigos de la defensa. Pero viendo como actuaron, parecía que los había citado la acusación. No se acordaron de nada, torpedearon la labor de la abogada de Federico y manifestaron que Gallardón nunca fue desleal con su partido en relación a la investigación del 11-M. Y estos son los amigos de FJL. Como serán los enemigos.

Ay, la política. Ay, el poder...

La historia de la querella, en resumen, es la siguiente. El 7 de junio de 2006 Gallardón invita a su partido a "obviar el 11-M y a huir de la radicalización". Días despúes, Jiménez Losantos, no sin razón, dice que al alcalde "le dan igual los 200 muertos y los 1.500 heridos en los atentados del 11-M con tal de llegar al poder".

Y Gallardón, para hacer méritos ante la izquierda, sienta en el banquillo al gran referente intelectual y moral de los votantes... ¡de su partido!. Ese es Gallardón.

En la sesión matinal, a la que también asistí, la defensa intentó demostrar que, teniendo en cuenta la trayectoria política de Gallardón, la frase por la que FJL está siendo juzgado no debe considerarse una injuria. Para ello, el testimonio de Pedro Jota resultó fundamental. El director de El Mundo corroboró con gran elocuencia tres episodios que retratan a Ambiciones: el secuestro que ordenó Gallardón de la revista Cambio 16 por haber desvelado ésta que el guardaespaldas de Fraga, Rodolfo Almirón, era un terrorista de la Triple A; la participación de Gallardón en las tertulias de la Cadena Ser, junto a Barrionuevo, en las que pedía que no había que investigar el GAL; y la operación Telefónica-Telemadrid-Cablevisión, mediante la cual, Gallardón, en palabras de Aznar, "cruzó el Rubicón de la deslealtad".

Se trataba de probar que Gallardón siempre había antepuesto su interés al de su partido y al de sus votantes. Simpre traidor. Siempre desleal. Y creo que lo consiguieron.

Pero no sólo testificó Pedro Jota. También lo hicieron Francisco José Alcaraz, que habló de lo desprotegidas que se sintieron las víctimas por culpa del comportamiento de Gallardón; y Luis Herrero, que defendió la tesis de que a Gallardón le interesa un enfrentamiento con Federico, que la querella no es más que una estrategia política del antiguo Secretario General de la AP de Fraga para llegar al poder.

José Alejandro Vara también testificó. Pero como si nada. Inane total.
La vista, obviamente, comenzó con las declaraciones de Jiménez Losantos primero y de Gallardón despúes. El director de La Mañana se defendió de la acusación con el argumento de que su única intención fue la de buscar justicia para las víctimas del 11-M. Ambiciones, por su parte, se limitó a negar que hubiera dicho que quería pasar página en el 11-M, a lloriquear un poquito, farsantón, y lo que es más grave, a leer su discurso, circunstancia que prohibe la LECrim.

En fin, una jornada, al margen de lo que finalmente dictamine la juez, muy triste. Todo el poder para Gallardón. Los liberales del PP se han rendido. Pero siempre nos quedará Federico.

He aquí los vídeos de la sesión judicial:

Jiménez Losantos...


Gallardón...


Alcaraz...

Pedro Jota...

Acebes...


Esperanza, ay, Esperanza...

27 mayo 2008

Si Gabriel Elorriaga y Juan Costa son la solución...

Si Juan Costa, que parece que va a encabezar una candidatura contra Rajoy en el Congreso búlgaro de Valencia, y Gabriel Elorriaga, que ayer publicó en El Mundo un artículo muy poco centrista en el que se podía leer que "Rajoy no está en condiciones de ofrecer un liderazgo renovado, sólido e integrador", son la solución para el PP, el PP no tiene solución.

Y es que no podemos olvidar que en septiembre de 2007 Juan Costa decía que la prioridad de un gobierno del PP debe ser ofrecer soluciones a los problemas que genera el cambio climático, la pobreza y la inseguridad. Y que el PP, lejos de defender sólidamente unos principios, debía moverse en función de la sociedad.

Y es que no podemos olvidar que en noviembre de 2007 Gabriel Elorriaga manifestaba en una entrevista a El País: "Cuando no hablamos del modelo de Estado, coincidimos mucho con CiU, y también con el PNV. Nos movemos en el centro-derecha".

Rajoy será un horror, pero anda que estos dos...

26 mayo 2008

Aíto en Alonso Martínez

Un redactor de este blog se cruzó, a eso de las diez y media de la noche, con Aíto García Reneses en la parada de Metro de Alonso Martínez. El encuentro se produjo cuando el hasta ahora entrenador del Joventut de Badalona, que iba cargando una pequeña maleta, se bajaba de un convoy que venía de Nuevos Ministerios. Cabe suponer que don Alejandro acababa de aterrizar en Barajas procedente de Barcelona. Y una vez en el aeropuerto, optó por coger el suburbano para llegar a Madrid.

Unas horas antes de que eso ocurriera, Pepu Hernández, el todavía técnico de la selección española de baloncesto, no acudió a una reunión con los máximos responsables de la Federación. La respuesta del presidente, José Luis Sáez, no se hizo esperar. Dejó entrever en diversos medios que, dado lo insostenible de la situación, Pepu será destituido.

¿Qué hacía Aíto en Madrid? ¿Acaso había recibido una llamada de la Federación? ¿Será Aíto, después de casi treinta años en la cumbre, seleccionador nacional?

22 mayo 2008

El PP es un cementerio

Ayer María San Gil anunció que se larga del PP. Hace unas horas hemos conocido que José Antonio Ortega Lara se da de baja como militante del PP. Dos buenas noticias para Rajoy. Dos pésimas noticias para el PP, que es un cementerio, un partido que ya no existe.

A ver si se enteran algunos de que los partidos políticos son medios, no fines en sí mismos. Son mecanismos para que un conjunto de ciudadanos con unos principios y valores comunes se vean representados en el espacio público. En el momento en que un partido renuncia a defender esos principios y valores, y los cambia por otros muy diferentes, ya no se puede apoyar a ese partido.

Es evidente que no es lo mismo el PP de Lassalle que el de San Gil y Ortega Lara. Como tampoco es igual el PP de Gallardón que el de Esperanza Aguirre. Ni el de Soraya se parece al de Zaplana, ni el de Núñez Feijoo al de Mayor Oreja. Como tampoco el de Rajoy al de Aznar.

Es evidente que si en el nuevo PP no caben héroes y heroínas como Ortega Lara y María San Gil, las personas decentes no pueden votar a ese partido.

Hay que asumirlo. Han ganado los malos, los de la sumisión al cambio de régimen y a la izquierda, los del Partido Campesino de Polonia, los del pacto con el BNG y el PNV, los que discuten a San Gil el concepto de nación, los de la laicidad, los de los acuerdos con los nacionalistas en cada Comunidad, los que acampan en la Cadena Ser. Es una pena. Habrá que votar a Rosa Díez. O abstenerse. Pero no hay que creer que el PP todavía tiene remedio, que es posible una vuelta atrás. No. El PP ha desaparecido. Ya no existe para los más de diez millones de españoles que lo votamos el 9-M.

16 mayo 2008

A Lassalle nunca le llamarán fascista

La prueba del algodón en la derecha española consiste en enumerar las veces que los batasunos, nacionalistas, radicales, separatistas, totalitarios de toda laya y condición, le llaman a uno fascista. Y a la cabeza de esa honorable clasificación encontramos a María San Gil.

Y evidentemente, José María Lassalle, liberalismo simpático, ni siquiera aparece. Este tío, mal bicho, ha intentado humillar a María San Gil, tal vez el más relevante símbolo de defensa de la libertad y de la nación que en España hay.

Este mindundi se dedicó a reescribir la ponencia política que San Gil estaba elaborando para el inminente Congreso, más búlgaro que nunca, del PP en Valencia. Le cuestionó a la heroína guipuzcoana su concepto de nación y la contundencia que mostraba hacia los nacionalistas. Y remató así la jugada: "¿Quién es esta tía, no se ha enterado que [sic] el PP ha cambiado?". Lo grave es que el tal Lassalle no es nadie. Es únicamente un miserable recadero de Rajoy.

María San Gil, a pesar de que tras una ardua pelea sus propuestas fueron aceptadas, dio un portazo y se largó. Dijo que su ponencia la iban a meter en un cajón y que sería papel mojado. Que ya no se fía de Rajoy y que ha perdido la confianza en el nuevo PP.

Hasta ahora, si había una sola razón incuestionable para votar al PP era que ese es el partido de María San Gil. A partir de ahora, si hay una sola razón para no votar al PP es que ese es el partido de Mariano Rajoy Brey.

14 mayo 2008

Llamamiento a los militantes del PP

La actualidad de Martin Niemöller

Cuando Rajoy abrió la puerta a Eduardo Zaplana,
yo no protesté,
porque yo no era Eduardo Zaplana.

Cuando Rajoy arrinconó a Manolo Pizarro,
yo no me quejé,
porque yo no era Manolo Pizarro.

Cuando Rajoy se desmarcó de los dos medios que pidieron el voto para el PP,
me resultó indiferente,
porque yo no leía ni escuchaba esos medios.

Cuando Rajoy amenazó a Esperanza Aguirre,
me dio igual,
porque yo no era Esperanza Aguirre.

Cuando Rajoy prescindió de los liberales y conservadores,
guardé silencio,
porque yo no era liberal ni conservador.

Cuando Rajoy desoyó al alcalde de Calviá,
no me importó,
porque yo no era el alcalde de Calviá.

Cuando Rajoy liquidó a Ángel Acebes,
no me inmuté,
porque yo no era Ángel Acebes.

Cuando Rajoy fue a por María San Gil,
no levanté la voz,
porque yo no era María San Gil.

Cuando Rajoy vino a por mí,
ya no quedaba nadie que pudiera protestar.

12 mayo 2008

Increíble Ciudad Real

No es que el Ciudad Real haya ganado su segunda Copa de Europa en tres temporadas. No es que lo haya hecho ante el todopoderoso Kiel, el equipo que laminó al Barcelona con un ritmo de juego imparable por su velocidad, con el mejor jugador del mundo, Nicola Karabatic; con cañoneros como Jicha, Kim Anderson o Zeitz; con el legendario central sueco Lövgren; con un pivote letal, Marcus Alhm; con los extremos totales, Kavticnik y Klein; y con Omeyer, el portero que todo lo para. No es que haya tenido que enjugar en Alemania, en un pabellón, el Sparkassen Arena, con más de diez mil gargantas en contra, la desventaja de dos goles (27-29 en la ida) que llevaba del Quijote Arena.

No, no es eso. La cuestión es que el Ciudad Real afrontaba el partido sin medio equipo, con las bajas de puntales como Metlicic, Chema Rodríguez, Rutenka, David Davis y Uríos. Sin casi banquillo. Sin apenas cambios ataque-defensa. Con jugadores que iban a chuparse los 60 minutos. Había que estar muy loco para pensar que el Ciudad Real podía tener alguna opción. O creer en los milagros.

Pero con lo que se encontró el Kiel fue con una preparación del partido magistral por parte de Talant Dujsebaev. La defensa 5:1, con Kallman de avanzado, desactivó el vertiginoso ataque del cuadro alemán, irreconocible a lo largo de la tarde. Y se topó también con una actuación memorable del propio extremo sueco, del portero Sterbik y del lateral Olafur Stefansson. El Ciudad Real, ante la adversidad, impartió una lección de balonmano colectivo y de lectura del juego.

Un partido que quedará durante muchos años en la retina de los aficionados al balonmano.

08 mayo 2008

Ja sóc aquí

"Para jugar al fútbol se necesita sobre todo una idea, un concepto, un estilo, y un grupo de jugadores que sintonicen con ella. Yo no conozco otra manera de jugar: el campo abierto, con dos extremos-extremos pegados a las bandas; llenar la divisoria para dar profundidad, a cambio de renunciar a un defensa, y darle aire y velocidad a la pelota. Del rival sólo debemos saber si juega con uno o dos delanteros, y asignarles uno o dos marcadores y un tercer hombre que cierre, y los demás a llenar la cancha, a tocar, a tener la pelota. Es aquello de los tres defensas, cuatro medios y tres delanteros. Puede que sea una idea romántica del juego, pero a los futbolistas nos mueve el amor al fútbol, el gusto por el balón. Me seduce la idea de jugar de una forma como no juega ningún otro equipo de España. Es un signo de distinción, una manera diferente de vivir el fútbol, un estilo de vida, una cultura".

Así se expresaba Pep Guardiola a finales de 1998 en una entrevista que concedió a El País. Guardo ese recorte de periódico en un lugar privilegiado de mi desordenada hemeroteca. Cuando leí por primera vez esa entrevista, hace casi diez años, tuve el convencimiento de que algún día Guardiola ocuparía el banquillo del Camp Nou. Y de que con él, Cruyff no moriría para siempre.

Ese día ya ha llegado. Ayer el presidente Laporta confirmó que Guardiola es el nuevo técnico del Barça, el nuevo Cruyff, el nuevo profeta. El mito, el medio centro geométrico, se hizo entrenador.

Veinte años atrás, en mayo de 1988, el club azulgrana, aunque por otras causas, estaba sumido en una crisis comparable a la actual. Núñez, envuelto en el descrédito, se la jugó a una carta, todo o nada, y fichó a Cruyff. Y el Barcelona fue reinventado. Desde entonces el Barça está sujeto a un corpus futbolístico muy concreto, tiene un ADN. Ahora Guardiola aspira a estar a la altura de su maestro.

02 mayo 2008

En España todos los días es Dos de Mayo

"Es notorio que los Franceses apostados en las cercanías de Madrid y dentro de la Corte, han tomado la defensa, sobre este pueblo capital y las tropas españolas; por manera que en Madrid está corriendo a esta hora mucha sangre; como Españoles es necesario que muramos por el Rey y por la Patria, armándonos contra unos pérfidos que so color de amistad y alianza nos quieren imponer un pesado yugo, después de haberse apoderado de la Augusta persona del Rey; procedamos pues, a tomar las activas providencias para escarmentar tanta perfidia, acudiendo al socorro de Madrid y demás pueblos y alentándonos, pues no hay fuerzas que prevalezcan contra quien es leal y valiente, como los Españoles lo son".



Así reaccionaron el 2 de mayo de 1808 Andrés Torrejón y Simón Hernández, los Alcaldes de Móstoles, ante el levantamiento del pueblo contra el invasor francés que horas antes había tenido lugar en Madrid. Los Alcaldes de Móstoles hicieron un llamamiento al resto de España para que se enfrentara a la perfidia napoleónica. Estaba naciendo la nación política, el pueblo español como sujeto de soberanía. Los españoles, con la Constitución de Cádiz cuatro años más tarde, iban a ser dueños de su destino.

Pero España no se fundó aquel día. España existía desde muchos siglos atrás, desde los tiempos de los visigodos. El Dos de Mayo fue la reacción de un pueblo, el español, que abandonado a su suerte por sus gobernantes, su Ejército y sus clérigos, se levantó, como ya hiciera en el siglo VIII frente a los musulmanes, para recuperar su libertad e independencia.

Carlos IV y su hijo Fernando VII emprendieron la célebre carrera de ratas, en la que ninguno llegó el último, para rendirse en Bayona ante Napoleón. La nobleza, ni estaba ni se la esperaba. La Junta de Gobierno, representante del huido rey, llamó a la colaboración con el invasor y a la entrega de armas. El capitán general, Francisco Javier Negrete, ordenó a las tropas que permanecieran acuarteladas. La jerarquía eclesiástica desapareció cobardemente.

Ahora, como entonces, la situación no es muy diferente. Cambien a Napoleón por Zapatero; a Joachim Murat por Montilla; a Emmanuel Grouchy por Ibarretxe; a la Junta de Gobierno (la institución que debía oponerse al cambio de régimen que estaba perpetrando Napoleón) por Rajoy, Gallardón, Soraya, Feijoo, Alfonso Alonso, Nebrera, Estarás, Camps, Arenas y Soria; a los afrancesados por esa masa de votantes del PSOE; a la cúpula militar de antaño por el JEMAD de hogaño; al obispo de Guadix (que dijo que había que excomulgar a la chusma que se había sublevado contra el francés) por el Abad de Montserrat; y a Carlos IV y Fernando VII por, en fin, ya saben.

Pero todos los días amanece. El Dos de Mayo también fue un día de orgullo, muchas personas dieron su vida heroicamente por España. Sabían que su valentía y arrojo les conduciría a una muerte segura. Pero no les importó. Prefirieron mantener a flote su dignidad.

El sacrificio de tantos individuos no puede quedar emborronado por la vileza de las más altas instancias. Entre ellos, entre esas gentes que no se resignaron, destaca el ejemplo indeleble de los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, que salvaron el honor militar y ridiculizaron a todos aquellos que traicionaron a España a pesar de la responsabilidad que, al menos moralmente, habían contraído con su nación.

El sacrificio de los héroes del Palacio Real, de San Bernardo, de Monteleón, del cuartel de San Nicolás, de la calle Mayor, de la Puerta del Sol, de la Puerta de Toledo, de la montaña del Principe Pío, no fue inútil. Semanas más tarde, la chispa del Dos de Mayo madrileño se convirtió en un incendio español. Andaluces, valencianos, gallegos, castellanos, asturianos, extremeños, catalanes, aragoneses y vascos, como un solo hombre, se alzaron contra el sojuzgador francés porque, en palabras de Esperanza Aguirre, "ya tenían conciencia de que España era una nación, de que era una gran nación que no podía soportar que nadie le impusiera su voluntad".

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