Pues a mí, Rajoy no me gustó
Debo confesar que apenas vi unos minutos de Tengo una pregunta para usted, esa cosa ridícula en la que los ciudadanos interpelaron a Rajoy.
Parece ser que a todo el mundo le ha entusiasmado la actuación de don Mariano, qué imagen tan de hombre normal ofreció, qué cercano, qué solvente, editoriales elogiosos al día siguiente, superó en más de medio millón de telespectadores a Zapatero, habló de los temas que le interesan a la gente, el poder adquisitivo, los impuestos, el bienestar social, el funcionamiento de los servicios públicos, las pensiones...
Pero don Mariano, que esto no es Noruega, ni siquiera Suecia, que lo que está en juego ahora en España no es un quítame allá un puñado de euros sino la Nación, que no se ha enterado usted de nada, que media España se ha movilizado por la pérdida de la soberanía nacional que supone el Estatuto de Cataluña, por la rendición de un Estado que cuenta con 400.000 hombres armados ante poco más de doscientos terroristas, por reclamar la verdad sobre el 11-M, que son los ideales, no los euros, los que arrastran a las personas, que la historia del siglo XX es una batalla de ideologías, que Churchill, Reegan, Thatcher o Juan Pablo II no pelearon para hacerse ricos sino por sus ideas, por sus valores, que su comparecencia ante los ciudadanos fue nefasta de cara a legitimar su discurso frente al de sus enemigos, que no todo se reduce al bolsillo.
A mí me gusta el Rajoy de las grandes ocasiones, el de la alta política, el jurista brillante y de fina ironía, el diputado implacable y mordaz, el considerado mejor parlamentario de la democracia, el de los discursos contra el plan Ibarretxe y el Estatuto de Cataluña, no el Rajoy normal, amable y cercano que habla de los asuntos de la calle. A mí me habría gustado que Rajoy hubiera aprovechado el programa para hablar únicamente de la falsificación de las cuatro pruebas que sustentan la versión oficial del 11-M, de dónde está el análisis de los componentes del explosivo de los trenes, de la aparición de dinitrotolueno y nitroglicerina en el informe pericial, lo que descarta que los terroristas utilizaran Goma 2 ECO, de la imposibilidad de estudiar en español en Cataluña, del salvoconducto que Rubalcaba y Sarkozy han proporcionado a los terroristas de ETA, de por qué De Juana y Otegi no están en la cárcel, del apoyo de España a los regímenes más abominables (Cuba, China, Irán, Marruecos...), en fin, de ideas, no de euros.
Por último, ¿por qué Rajoy, a la señora que le preguntó por su sueldo, no le respondió que gana infinitamente menos dinero que si ejerciera como Registrador de la Propiedad? ¿En eso consiste la moderación, en ocultar la realidad?