El PP huele a habitación cerrada

Una gran mayoría de votantes del PP, entre los que se encontraba quien esto escribe, consideró tras el 9-M que Rajoy, a pesar de la derrota, debía seguir al frente del partido. Rajoy, dijimos, merecía otra oportunidad. Pero no a cualquier precio. Debía pasar previamente por caja, es decir, fumigar Génova 13 y sustituir a la colección de inútiles de la que se había rodeado estos cuatros años por un equipo ilusionante y con empaque, a la altura de lo que se merecen sus más de diez millones de votantes.

Pues bien, después de tres semanas silente, de vacaciones, persianas bajadas, Rajoy parió al ratón: Soraya y Pío, buenos para nada, como decía García de Butragueño: ni una mala palabra ni una buena acción, serán los portavoces parlamentarios del PP en el Congreso y en el Senado. Ni Pizarro, ni Cospedal, ni González Pons. Ni renovación, ni ganas, ni empuje. Ni más España, ni más liberalismo. Nada. Nivel político e intelectual ínfimo. Tufo a partido viejo, empachado, sin ninguna capacidad de estímulo.

¿Que importa que esta tía, Soraya Sáenz de Santamaría, sea Abogado del Estado si como político es una nulidad, si lleva acampada en la Cadena SER no se sabe cuántos días? La hermana de un amigo de este blogger también es Abogado del Estado, número uno de su promoción incluso, y no por ello se le ha pasado por la cabeza meterse en el PP, ni siquiera en el PSOE, tan necesitado como está ese partido de gente con el bachillerato. No, la política es otra cosa. No vale cualquiera. Se necesitan unas cualidades que no se alcanzan únicamente por haber aprobado una oposición.



Con estos nombramientos, justificados por lo mucho que en ellos confía el líder, lealtad, sumisión, perfil bajo, ya saben, Rajoy ha decidido que la derecha debe asumir la superioridad moral y política de la izquierda. Don Mariano ha claudicado definitivamente en el debate de las ideas. Esa es una batalla en la que ni siquiera debemos comparecer. El triunfo nos llegará en 2012 (o en 2016) si no hacemos mucho ruido. Zapatero caerá como fruta madura. Pero nosotros callados, a esperar, que la crisis económica, una década de estas, nos aupará indefectiblemente a La Moncloa.

El PP tiene un problema, y es su Presidente. Porque él es el responsable de que el puesto que antaño honraron Rodrigo Rato y Eduardo Zaplana, hogaño lo ocupe Soraya. El gobierno, las televisiones, la SER, el PSOE, El País, Gallardón, valga la redundancia, han recibido con alborozo esta decisión de don Mariano. Los mismos que difamaban, injuriaban y machacaban a Zaplana, festejan la llegada de la legionaria vallisoletana a la portavocía popular en el Congreso.

Rajoy, el mejor parlamentario de la democracia, continuará con su hato de mediocres e incondicionales. Ha elegido blindarse. No ha realizado ningún análisis acerca de las causas de la derrota electoral. No ha planteado ninguna discusión ideológica ni estratégica. No ha dado un puñetazo en la mesa. La vida sigue igual. Más de lo mismo. Pero ya sin Zaplana. Viva Arriola. Allá él. El futuro de un PP que hoy huele a habitación cerrada pasa, más temprano que tarde, por Esperanza Aguirre. Que nadie lo dude. Ojo con las declaraciones de la Presidenta: "Soraya es excelente, es mujer y todas las mujeres la apoyamos".

Está dicho todo.

La LOGSE es el 9-M

Tantos años de socavar la enseñanza, de pedagogía, de constructivismo, han rendido fruto: la segunda victoria de Zetapé. Todas aquellas personas que comenzaron su andadura en el colegio a partir de 1990, año de implantación de la LOGSE, han sido convertidas en masa acrítica, en súbditos que nada saben porque nadie les ha enseñado, en sujetos álalos y ágrafos que nada piensan, en mentes manipulables sin ninguna inquietud, en seres condenados a seguir consignas y a repetir lo que machaconamente les presentan y dicen, en bípedos resignados a mirar y a oír. Y a votar. Son el hombre nuevo buscado desde hace décadas por todo totalitario que se precie.

Más allá de otras consideraciones, esa máquina casi perfecta de ganar elecciones que es el PSOE no se puede entender sin el control férreo, indisimulado, despótico, prácticamente absoluto, que ejerce la izquierda en el ahora llamado sistema educativo (antes enseñanza) y en los medios de comunicación, particularmente en la televisión.

Gabriel Albiac, en Reeducación para la Ciudadanía, su programa semanal en LDTV, nos habla de la catástrofe de la enseñanza de manera insuperable:

"Corrían los años 80 del pasado siglo y la realidad, es cierto, resultaba más bien insoportable para los ya cenicientos supervivientes de las mil asambleas estudiantiles de dos décadas antes. Trocados en pequeños funcionarios de un régimen descomunalmente corrupto, el felipismo, los tan mal avejentados izquierdistas de otro tiempo y de otro mundo, ya marchitos, dieron con la pantalla sobre la cual proyectar viejas retóricas, ayunas ya de cualquier realidad que no fuera la oquedad de su propio restallar en el vacío. La insurrección era cosa arqueológica, de la revolución nada quedaba que no moviera a risa, o a vergüenza, izquierda era sólo un vocablo bajo cuyo escudo se podía robar impunemente.

Ausente de realidad, el eco del deseo se proyectó entonces sobre un territorio imaginario: la escuela liberadora. Salía gratis, pensaron. Sin la menor consciencia del dislate y con los más ajados usos del lenguaje retornado, harapos tristes de la vieja jerga traicionada, la LOGSE dio en ser el último refugio de todos los delirios más anacrónicos. En los mismos años en que bajo las siglas GAL se asesinaba al abrigo de sótanos y alcantarillas del Estado, en los años en que se robaba masivamente al abrigo del Estado, en los años que acabaron con hasta el último ensueño generoso de otro tiempo menos mezquino, en esos años hubo la LOGSE. Y sus proclamas hueras de educación no represiva. Y miríadas de sujetos cooptados por la corrupta administración felipista para poner en marcha aquella última orilla del libertarismo imaginario

Allí se inició el camino de analfabetización que el actual infantilismo zapaterista cierra. Fue el fin. Fin de la enseñanza media, por supuesto, convertida en una guardería universal, carente del menor contenido académico. En un manicomio, también, donde el profesorado se veía sometido a la condición más delirante.

Desprovistos de instrumentos disciplinares, puesto que la disciplina era cosa del pasado autoritario, privados de programas académicos precisos, puesto que la creatividad espontánea debía primar sobre el reaccionario saber codificado, abandonados a una suerte que les impedía incluso calificar a sus alumnos, puesto que las notas eran una mistificación burguesa del saber, los profesores de enseñanza media se convirtieron en el verdadero lumpemproletariado de las sociedad española: mal pagados, despreciados cuando no agredidos por alumnos, y lo que es si cabe peor, por padres de alumnos.

Abandonados por la administración a su suerte, los profesores se vieron abocados a una desesperación acerca de la cual no engañan las estadísticas médicas: el más alto índice por tratamiento por depresión que registra con diferencia la población laboral española.

No hubo después de aquella política de tierra quemada rectificación seria que se dotase de instrumentos para recuperar algo de lo destruido. Los ocho años de gobierno del PP incluso, pasaron, en lo que a la instrucción pública concierne, en vano. O casi. Luego, llegó esta caída en la universal necedad de ahora. Hoy, en España, no existe enseñanza media, no existe sistema educativo. Y esa es tal vez la catástrofe mayor que aguarda a los ciudadanos en los años que vienen".

Magdi Cristiano Allam

El pasado sábado, durante la Vigilia Pascual, Benedicto XVI bautizó a Magdi Allam, un escritor egipcio que hasta entonces profesaba la religión musulmana.

Lo explica así:

"Me he convertido a la religión cristiana católica, renunciando a mi anterior fe islámica. He asumido el nombre cristiano más sencillo y explícito: “Cristiano”.

Desde ayer me llamo Magdi Cristiano Allam.

El milagro de la resurrección de Cristo ha reverberado en mi alma, librándola de las tinieblas de una predicación donde el odio y la intolerancia con los “diferentes”, condenados acríticamente como “enemigos”, prevalecen sobre el amor y el respeto del “prójimo” que es siempre y en todas partes “persona”. Mi mente se ha liberado del oscurantismo de una ideología que legitima la mentira y la disimulación, la muerte violenta que induce al homicidio y al suicidio, la ciega sumisión y la tiranía, y he podido adherirme a la auténtica religión de la Verdad, de la Vida y de la Libertad. En mi primera Pascua como cristiano, no sólo he descubierto a Jesús, sino que he descubierto por primera vez el verdadero y único Dios, que es Dios de la Fe y de la Razón.

La raíz del mal está inscrita en un Islam que es fisiológicamente violento e históricamente conflictivo.

La conversión al cristianismo me acarreará una enésima y muy grave condena a muerte por apostasía. Sé bien a lo que me expongo, pero me enfrento a ello con la cabeza alta, con la espalda derecha y con la solidez interior del que tiene la certeza de la propia fe. Y lo haré aún más después del gesto histórico y valeroso del Papa, quien desde que conoció mi deseo, enseguida aceptó administrarme él mismo los sacramentos de la iniciación cristiana.

Su Santidad ha lanzado un mensaje explícito y revolucionario a una Iglesia que hasta ahora ha sido demasiado prudente en la conversión de los musulmanes, absteniéndose de hacer proselitismo en los países de mayoría islámica y callando sobre la realidad de los convertidos en los países cristianos. Por miedo.

Benedicto XVI, con su testimonio, está diciendo que es necesario vencer el miedo y no tener ningún temor de afirmar la verdad sobre Jesús, también a los musulmanes.

Yo digo que ya es hora de poner fin a la arbitrariedad y a la violencia de los musulmanes que no respetan la libertad de elección religiosa. En Italia hay millares de convertidos al Islam que viven serenamente su nueva fe. Pero también hay millares de musulmanes convertidos al cristianismo, que son constreñidos a silenciar su nueva fe por miedo de ser asesinados por los extremistas islámicos que están entre nosotros".

Este hombre tarde o temprano será asesinado en nombre de esa religión de amor y paz que es el Islam. La Alianza de Civilizaciones tiene estas cosas.

El equipo de Rajoy

Libertad Digital ofrece a sus lectores la posibilidad de elegir un equipo para Rajoy entre una larga lista de políticos del PP.

Esta es nuestra propuesta:

- Esperanza Aguirre
- María San Gil
- Manuel Pizarro
- Alejo Vidal-Quadras
- Gustavo de Arístegui
- Cayetana Álvarez de Toledo
- María Dolores de Cospedal
- Maite Nolla

Hay que promover lo ético pero también lo estético... Ahora en serio, es una lista renovadora que combina la experiencia con la juventud, el éxito con el hambre. Es un equipo talentoso y sin complejos. Algunas de esas personas son un símbolo de la lucha contra el nacionalismo. Y todas (o casi) son inequívocamente liberales.

Dicho lo cual, nos tememos que los tiros no vayan a ir por ahí. Salvo sorpresa, no nos vamos a quitar a los sorayos (Soraya Sáenz de Santamaría, Gabriel Elorriaga, Pío García Escudero y Juan Costa, sin olvidar a Ana Pastor, Beatriz Rodríguez Salmones, Dolors Nadal, José María Lassalle, Rafael Hernando, José María Michavila...) ni con agua caliente.

Por otra parte, el sector valenciano del PP, el que impide que se estudie en español en algunas zonas de esa Comunidad y el de la "cláusula Camps", algo tendrá que decir. Desgraciadamente.

El que sí parece definitivamente amortizado es Gallardón. ¿O no?

La niña y la leche

A todo aquel que haya seguido durante las últimas semanas este blog, aun sin prestar mucha atención, no le resultará novedoso lo que va a leer a continuación. Hemos insistido en ello no menos de media docena de veces.

En la tertulia de La Mañana del pasado viernes, el imprescindible José García Domínguez, puso el dedo en la llaga. Se dirigió a Eduardo Zaplana, el invitado del día, en los siguientes términos:

"Uno de los ejes fundamentales, junto al 11-M, de la acción política del PP en el Congreso de los Diputados, siendo usted portavoz, ha sido la denuncia de la puesta en cuestión por el presidente Rodríguez Zapatero de la nación que surge en 1812. Esa puesta en cuestión se traduce en una insistencia en la denuncia durante tres años y once meses. Pero llegado el momento de la verdad, llegada la campaña electoral, llegados los quince días definitivos, el PP nos habla de unas niñas que quieren aprender inglés y del precio de la leche. Y de la inflación. De cuestiones en última instancia técnicas, transversales, que se pueden resolver desde cualquier opción política.

Al mismo tiempo que ustedes estaban diciendo que el Estatuto catalán y que el llamado proceso vasco ponían en cuestión la propia idea de España, el nuevo Estatuto andaluz reconocía a esa comunidad autónoma como una realidad nacional. Eso se hacía con la connivencia, con la colaboración necesaria, con la cooperación del PP. Al mismo tiempo, el Estatuto de la Comunidad Valenciana incorporaba la "claúsula Camps", que permite que cualquier aberración, cualquier disparate que se implante en cualquier Estatuto, sea importado al Estatuto valenciano.

Yo, desde la autorreflexión, percibo una cierta contradicción entre la afirmación 'España se pone en cuestión en el País Vasco y Cataluña' y en Andalucía y Valencia suscribir las mismas aberraciones, o cosas muy parecidas. Yo creo que esas contradicciones son las que le han impedido a Mariano Rajoy hablar de lo fundamental, la puesta en cuestión, la crisis, de la nación que surge en 1812 y las que le han forzado a hablar del precio de la leche y de la la niña que se quiere sacar el Auto Inglés".

El bueno de Zaplana contestó no sé qué. No importa. Él no es el responsable de ese dislate, lo ha denunciado incluso. Los rumores apuntan a un tal don Mariano...

Los que han ganado

El Presidente del Gobierno de España aplaudiendo que se multe en una región española por rotular en español...



De la Vogue en una clase de Reeducación para la Ciudadanía (corrupción de menores)...



Patxi López, Jesús Eguiguren y Miguel Buen, los que negociaron, negocian y negociarán con el verdugo de su compañero...



Y la nota grotesca, Pepiño metiendo la papeleta del Congreso en la urna del Senado (no es un montaje)...



A estos tipos, al que multa, a la que reeduca, a los que negocian y portan féretros y a Pepiño, han votado más de once millones de personas. A esa mezcla de maldad, despotismo, perversión y estupidez. Al socialismo, vaya.

Gracias, Eduardo

Ayer Eduardo Zaplana anunció que abandona la portavocía parlamentaria del PP, que deja la primera línea política y que pasa a ser un diputado raso.

Estos últimos cuatro años de Zaplana en el Congreso y de Acebes, otro que tiene por desgracia sus días contados, en la Secretaría General de su partido, no pueden calificarse sino de heroicos. Uno y otro sostuvieron, en soledad, el mensaje liberal conservador y de defensa de la Nación, en unas circunstancias complicadísimas, en un momento en el que todos los grupos querían aprovechar la coyuntura del 11-M para expulsar de la vida pública al PP, en una situación en la que se aplicaba un pacto del Tinell a nivel nacional para laminar a lo poco que quedaba del partido de Génova, 13.

Zaplana y Acebes mantuvieron a flote al PP. A cambio recibieron, no podía ser de otra manera, todo tipo de campañas injuriosas, insultos y descalificaciones, fuego amigo y enemigo. No les importó. Se podían haber confundido con el paisaje sorayesco, se podían haber dejado llevar por la corriente, pero consideraron que en política hay que moverse por valores y principios y no en función de lo que la gente quiere escuchar.

Los votantes del PP, una aplastante mayoría al menos, estaremos siempre agradecidos a la labor digna y honrada que durante estos últimos cuatro años han desempeñado Eduardo Zaplana y Ángel Acebes. No porque defendieran al PP sino por su compromiso, casi en solitario, con la nación española y las libertades.

Las mentiras de las elecciones

Una vez más se ha vuelto a demostrar la falsedad de unas creencias electorales muy arraigadas en nuestra sociedad:

La economía es decisiva. Falso. Todo es economía, llego a decir Rajoy en el segundo debate. Quiero hablar de lo que le importa a los españoles, de los precios, del paro, de la vivienda, repetía constantemente don Mariano. Y claro, ganó Zetapé. Como ganaba Felipe González en plena crisis económica. Decía ayer Mikel Buesa, número dos por Madrid de UPyD, que el PP "se ha resentido por abandonar progresivamente el discurso de la reforma constitucional y del modelo de Estado para insistir en lo económico".

Las elecciones se ganan en el centro. Falso. Zetapé, al igual que hace cuatro años, pero de forma todavía más acusada, ha basado su triunfo en el apoyo que ha recibido de los radicales y separatistas, gente muy moderada, como todo el mundo sabe. Sin los antisistema, sin los que quieren cargarse definitivamente la Nación, Zetapé no habría ganado.

Gallardón es importante para el PP. Falso. Es tan importante que el PP ha barrido al PSOE en Madrid. Diez puntos le ha sacado en esa circunscripción la lista del PP que encabezaba Rajoy a la de Zetapé. Sin Gallardón, por supuesto.

Rodearse de una colección de inútiles es bueno. Falso. Don Mariano, con los sorayos, es la segunda vez que pierde unas elecciones. Nunca un tipo tan preparado y brillante contó con un equipo de colaboradores y asesores tan lamentable. Los elorriagas, costas, píos... son una fauna que no merecería ocupar cargos ni en una junta de distrito. Mucha oposición pero se ha demostrado que son incompatibles con la política de alto nivel. Que Pedro Arriola, el líder de la banda del perfil bajo y probablemente el personaje más siniestro en la derecha española desde la Transición, siga enredando en el PP es, como diría Churchill, un enigma envuelto en un misterio dentro de un interrogante.

Alejar a Vidal-Quadras de Cataluña es positivo para el PP. Falso. Los mejores resultados del PP en Cataluña han sido con Vidal-Quadras machacando a los nacionalistas. ¿Alguien puede explicar por qué ha encabezado la lista del PP por Barcelona una tal Dolors Nadal en lugar del gran Vidal-Quadras? ¿Qué pinta Vidal-Quadras perdiendo el tiempo en Estrasburgo? Aunque el PP ha mejorado los resultados respecto al ominoso periodo de Piqué, es inadmisible que con la que ha caído en Cataluña, haya sido barrido por el PSC de Montilla y Chacón, los que multan por rotular en español.

El partido de Rosa Díez quita votos al PP. Falso. El espectacular resultado de UPyD en Madrid ha sido compatible con el éxito del PP en esa misma circunscripción. Se ha demostrado que hay una izquierda nacional, que nunca votará al PP, necesitada de un partido que defienda la unidad de España y que haga frente a los nacionalistas. La entrada de Rosa Díez en el Congreso marcará un punto de inflexión en la política española.

Triunfante quiero ver al que me mata

Nunca sabremos lo que habría ocurrido en las elecciones de no haber intervenido ETA con un atentado cometido con la intención de garantizar una victoria zejatera. Podría haber ganado Rajoy. O no. Ya da igual.

El caso es que más de once millones de dizque españoles han votado, entre otras cosas, lo que ETA deseaba. Nacionalistas y radicales de todo tipo se han echado en brazos de Zapatero. ¿Para qué votar a la Esquerra, al PNV o a Gaspy, si Zetapé colma nuestras exigencias, pensarán? Han ganado los que quieren seguir negociando con terroristas, los de la España plurinacional, España concepto discutido y discutible, los del Estatuto que acaba con la soberanía nacional, los que aceptan que se multe por rotular en español, los que asumen que en algunas partes de España no se pueda estudiar en español. Han ganado. Pero...

Frente a ellos, frente a esa masa dispuesta a tragar o a promover cualquier cambalache contra la Nación, los más de diez millones de votantes del PP, la media nación que no se resigna, esa voluntad en marcha que no claudica. Españoles con futuro.

Hay que decir a esas personas que con todo en contra han votado a Rajoy, que gracias, que su gesto, nuestro gesto, no ha sido inútil, que mereció la pena, que se puede tener razón aunque se tengan menos votos, que es más decente una minoría de diez millones de ciudadanos que una mayoría de once millones de siervos partidarios de negociar políticamente con ETA. Que no nos rendiremos jamás.

ETA ya tiene su 11-M

ETA ha vuelto a matar, ha vuelto a destrozar a una familia . Es su naturaleza totalitaria. Siempre ha matado y no dejará de matar hasta que sea derrotada. O hasta que España, el gobierno, se rinda.

ETA ha matado a muchos políticos. Nunca a nacionalistas. De entre los socialistas, ha matado a políticos de todas las sensibilidades, desde constitucionalistas como Fernando Buesa a partidarios del diálogo como Ernest Lluch.

Es complicado meterse en la mente de un terrorista y disertar a cerca de las razones que le llevan a cometer un asesinato. ETA mata para implantar una dictadura nacionalista en el País Vasco y Navarra. Sin más.

El asesinato de esta mañana de Isaías Carrasco, hasta hace unos meses concejal socialista en Mondragón, tiene una profunda carga política. A ETA le conviene que el domingo Zetapé gane las elecciones. Para continuar dialogando. Para seguir negociando sobre política. ETA sabe que con Rajoy en el gobierno le esperan años de persecución policial y judicial. Y de fortaleza política. ETA sabe que con Rajoy en La Moncloa podrá matar pero nunca vencerá.

Los terroristas han considerado que el asesinato de un socialista a pocas horas de una elecciones generales aglutinará el voto en torno al gobierno. Zetapé será visto como una víctima que nunca cedió al chantaje de ETA. De esta manera, creen los terroristas, la victoria del PSOE el domingo está garantizada.

Y así, en el escalofriante cálculo de los criminales, Zetapé y ETA seguirán dialogando. Sobre política. Y la oferta de negociación que realizó el Congreso a los terroristas no será retirada.

Zetapé no es un asesino. Ni es responsable de la muerte de Isaías Carrasco. Pero ETA necesita que gane Zetapé. Sin él nunca alcanzará su objetivo.

Hace cuatro años...

Un día como hoy, el jueves previo a las generales de hace cuatro años, unas horas después de que el Madrid eliminara al Bayern en los octavos de final de la Copa de Europa, cambió la Historia de España, no sabemos todavía si de manera irreversible y definitiva.

El jueves 11 de marzo de 2004, José Luis Rodríguez Zapatero, hasta entonces un ignoto dirigente socialista, ganó las elecciones y alcanzó la presidencia del gobierno. Esa mañana habían explosionado unas bombas en unos trenes de la red de cercanías madrileña. 192 asesinados.

En un principio todo el mundo pensó que había sido ETA. Pero el propio Zapatero e Iñaki Gabilondo tenían otra información: en los trenes había terroristas suicidas con tres capas de calzoncillos.

La tarde del sábado, mientras las sedes del PP eran cercadas y los socialistas responsabilizaban a Aznar del atentado, el Ministro de Interior, Ángel Acebes, anunciaba la detención de cuatro de los presuntos autores de la masacre. Semanas más tarde, tres de ellos, eran puestos en libertad. Pero el trabajo ya estaba hecho.

Hoy, casi cuatro años después y tras un proceloso juicio, todavía no sabemos quién ordenó cometer el atentado. Tampoco conocemos el arma del crimen, el explosivo que se utilizó. En la cárcel, como autores materiales, tenemos a un minero esquizofrénico asturiano, a un pelanas de Lavapiés y a un confidente de la policía. Ni Al-Qaeda, ni islamistas, ni suicidas, ni capas de calzoncillos, ni guerra de Irak.

Hoy, tras casi cuatro años de gobierno zejatero, ETA ha vuelto a las instituciones, ha sido reconocida como un interlocutor político y sus dirigentes han sido calificados como hombres de paz. El pueblo español, con la aprobación del Estatuto catalán, ha dejado de ser soberano. La oposición ha padecido un cordón sanitario como consecuencia del Pacto del Tinell, acuerdo entre socialistas y separatistas para arrinconar a todo aquél que defienda la nación española.

Pero no está todo perdido. El próximo domingo tenemos la oportunidad de revertir la situación.

Juntos podemos.

La gran oportunidad perdida de Rajoy

Los debates no están para conocer qué proponen los candidatos. Los debates deben ser utilizados para machacar al oponente, para dejarlo en evidencia, para mostrar sus contradicciones y debilidades, para obligar a que se retrate. Los debates son más una cuestión de formas que de fondo.

Lo que defiende Rajoy, una nación española de ciudadanos libres e iguales en derechos, que puedan estudiar en español y que no sean multados por rotular en español, derrotar a los terroristas, una educación basada en el esfuerzo, la disciplina y la autoridad del profesor, reformar la economía con una bajada de impuestos, una inmigración controlada, es mejor que lo que sostiene Zetapé, pactar con los nacionalistas, no permitir que en toda España se pueda estudiar en español, multar por rotular en español, negociar con ETA, educación para la ciudadanía, alianza de civilizaciones, gasto público, regularizaciones masivas...

Pero para ganar un debate de estas características tener razón no es suficiente.

Anoche Rajoy permitió, a pesar de que sus argumentos eran muy superiores, que Zetapé saliera indemne del debate. Es verdad que el campo no era neutral, que Olga Viza consintió el juego sucio, las interrupciones del presidente del gobierno, pero Rajoy fue incapaz de dar un puñetazo en la mesa, no quiso hacer frente a las marrullerías de Zetapé.

Era evidente que Zetapé iba a sacar todo el repertorio. ¿Qué respuesta ofreció Rajoy a la guerra de Irak y al 11-M? Ninguna. Se dice pronto. Zetapé, ¡Zetapé!, consiguió arrinconar a Rajoy con esos asuntos. Zetapé, del Partido Socialista que llevó soldados de reemplazo en la primera guerra de Irak. Zetapé, el que llamó a los periódicos para decir que había terroristas suicidas en los trenes del 11-M y el que responsabilizó a Aznar del atentado.

Hay que reconocer que Zetapé en lo suyo, en la tensión, en la dramatización, en la mentira, en la manipulación, estuvo bien, mejor que en el primer debate. Lo que contrasta con la actitud tan contemplativa de Rajoy, sobre todo antes del descanso. Tras la reanudación sí se vio a un Rajoy más vigoroso en la escenificación. Pero en conjunto, en la teatralización, en las formas, ganó Zetapé.

Rajoy cometió otro error al decir que todo es economía. Para un marxista eso estaría bien pero para un liberal es inaceptable. ¿Multar por rotular en español es economía? ¿No poder estudiar en español es economía? ¿Negociar políticamente con terroristas es economía? ¿Estar a la cola de los países desarrollados en educación es economía? ¿La Nación es economía? ¿La Libertad es economía?

En fin, estos cara a cara no han servido para gran cosa. El debate que hay que ganar es el del 9-M. En ello estamos.

El PP ganará las elecciones

Nadie, entre los votantes del PP que uno conoce, cree en la victoria de Rajoy el próximo domingo. Quien esto escribe, sí. Y no es únicamente wishful thinking.

El 27 de mayo del pasado año, el PP fue el partido más votado en las elecciones municipales. Ese dato, del que casi nadie se acuerda, es muy importante, pues las consultas locales desde 1977 han adelantado lo que ocurre en las generales.

Las encuestas de estos últimos días, aunque siguen situando al PSOE por delante, están reflejando una escalada, lenta pero inexorable, del PP. Y lo que cuenta en las encuestas es la tendencia que marcan.

El PSOE para ganar necesita movilizar a ese millón de votantes radicales de extrema izquierda que le dio la victoria el 14-M de 2004. Salvo que alguien monte otra operación similar a la del 11-M difícilmente esa izquierda volatil apoyará de nuevo a Zetapé.

Los sondeos también están señalando que el PP apenas pierde votos respecto a las últimas generales. En cambio, el PSOE, aunque en menor medida de lo que merece, sufre una pequeña sangría. Votantes socialistas de hace cuatro años confiarán esta vez en Rajoy o en Rosa Díez.

UPyD, el partido de Rosa Díez y Mikel Buesa, puede ser la gran sorpresa del 9-M. El PP se equivoca gravemente al considerar a esta formación como rival en lugar de aliado. UPyD se nutrirá de votantes de izquierdas desencantados con este PSOE y de abstencionistas. Al PP no le quitará ni un voto. Un éxito de Rosa Díez sería una gran noticia para don Mariano.

En fin, hay que ser optimistas. En el año 2000 nadie daba un duro por la mayoría absoluta de Aznar. Y miren lo que pasó. En las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2003, en plena campaña del No a la guerra, el PP iba a perder Madrid, Valencia, Baleares... ¡hasta Murcia! Y ganó las elecciones. Bien es cierto que unas semanas antes el heroico Juan Pablo II había celebrado una misa en la Plaza de Colón que sacó a la derecha de las catacumbas.

El domingo ganará Rajoy y Zetapé será el primer presidente que no es reelegido. Al tiempo.